miércoles, 6 de enero de 2021

EL CASO DE LAS PANTXINETAS DESINTEGRADAS

Estamos de nuevo en Navidad con toda su magia asociada: los regalos para los niños, las decoraciones en las casas y en las calles, y los alimentos tradicionales como turrones, mazapanes y muchas otras especialidades, algunas más típicas en zonas específicas.

Así en el País Vasco tenemos la pantxineta, un pastel al horno hecho de hojaldre, crema y almendra espolvoreada. Es un postre hoy en día habitual en toda la región, pero el caso que nos ocupa tiene que ver con la que se suele preparar para Navidad en San Sebastián.

Es muy famosa en la ciudad la Feria de Santo Tomás que se celebra en la plaza de la Constitución el 21 de diciembre. La fiesta data de mediados del siglo XIX, cuando la mayor parte de los terrenos eran cultivados por arrendatarios que transmitían de generación en generación su situación jurídica. Los caseros (baserritarras) bajaban a San Sebastián el día de Santo Tomás y aprovechaban para adquirir productos de los que no disponían en los pueblos y a su vez, vender mercancías en la ciudad: así surgió la feria. Es también costumbre comer talos hechos con harina de maíz con txistorra, considerándose la de Arbizu como de las mejores.

Pero debido a la terrible pandemia que estamos sufriendo este año, se ha suspendido esta feria y en su lugar el ayuntamiento, dirigido con pulso firme por su edil Aitor Bera, ha convocado un concurso de pantxinetas.

Estas tienen que tener los ingredientes mencionados anteriormente, pero pueden tener componentes añadidos que las hagan mejores o más bonitas, en resumen, que mejoren la pantxineta básica. Se puede participar con dos variantes máximo y se ha habilitado un amplio local en el Hotel de Londres para que sean almacenadas a la espera de ser degustadas por los miembros del jurado, escogidos entre los más selectos reposteros de Guipúzcoa, todos ellos de renombrada fama mundial.

Hubiera sido magnífico que fueran expuestas al público, pero ello no ha sido posible por las restricciones debidas a la pandemia. En su lugar han sido fotografiadas y pueden verse en la página web del ayuntamiento. Pero llegado el día en el que el jurado debía degustarlas y decidir la pantxineta ganadora…
¡¡¡¡Oh Horror!!!!
Todas las pantxinetas estaban desmembradas y en parte reducidas a polvo.
¡¡¡¡¿Qué ha podido pasar?!!!!
El alcalde fue inmediatamente informado del terrible problema y éste, que como ya hemos dicho dirige la ciudad con pulso firme, convocó de inmediato a su consejo.

Algunos pensaron que las brujas de Zugarramurdi e incluso las lamias de Lesaka o del Duranguesado podrían haber participado en este desaguisado.

Otros, con la cabeza un poco mejor puesta, pensaron que lo mejor sería llamar de inmediato a los mejores expertos mundiales en cocina y repostería. 

Con las técnicas actuales de Zoom, WhatsApp, Telegram y demás, estas consultas se pueden hacer con gran rapidez; así lo hicieron, pues no había tiempo para dilaciones.

Consultaron al conocido cocinero francés Alain Ducasse, que no hay que confundir con Pierre Ducasse. el famoso jardinero de San Sebastián que entre otras bellísimas obras introdujo los tamarindos, esos árboles tan característicos de la Bella Easo.

También consultaron al famoso repostero vasco francés Beñat Etchemendi, muy conocido por sus pasteles vascos “gateaux basques”. Estas delicatessen están hoy en día muy extendidas por todo el territorio de Euskalerria pero hasta hace unos años eran exclusivas de la zona vasco francesa, también llamada Iparralde.
Naturalmente se pusieron en contacto con el Basque Culinary Center y con algunas de las grandes figuras de la cocina vasca como Arzak y Subijana. Pero no consiguieron que nadie les diera una pista plausible de lo que había podido pasar.

En aquel momento de consternación, el alcalde Aitor Bera recibió la noticia de que en la calle San Martín se había producido un socavón, y en un estado de gran desesperación gritó sin poder contenerse.
- ¡¡¡¡Otro más no!!!!

Y es que, en este malhadado año, por no utilizar otras expresiones más contundentes, a la pandemia se han añadido, en Donosti, La Bella Easo, una serie de socavones y otros contratiempos debidos a las obras de construcción del metro, o más bien del soterramiento del Topo.

Todos estaban impresionados de ver al pobre alcalde en tal estado de derrumbamiento, como si él mismo hubiera caído en un socavón.

Pero de repente sus ojos se abrieron como platos, y una leve sonrisa se dibujó en su rostro. Se le había ocurrido la brillante idea de que los problemas de la pantxineta podían estar relacionados con las obras del metro.

Inmediatamente los líderes municipales se pusieron en contacto con Tecnum de la Escuela de Ingenieros Industriales de San Sebastián, donde hay grandes profesores de renombre internacional, en particular uno muy recientemente jubilado y gran especialista en metalurgia.

Estos expertos reunidos de urgencia en petit comité analizaron los hechos y llegaron a la conclusión preliminar de que las obras del metro eran efectivamente la base del problema de las pantxinetas destrozadas.

Resulta que las obras pasan muy cerca del Hotel de Londres donde las pantxinetas estaban almacenadas, y las vibraciones producidas por las tuneladoras y los socavones habían alterado la estructura de los componentes de estos dulces, causando su desintegración.

Ante esta alentadora noticia el ayuntamiento de La Bella Easo, ha decidido encargar a Tecnum un estudio en profundidad del problema para ver que se puede hacer de forma que en un futuro este tipo de problemas no se reproduzcan

Naturalmente el paralizar las obras de construcción del metro no se considera entre las alternativas a estudiar ya que este metro hará de San Sebastián una ciudad aún más bella de lo que ya es hoy en día.

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